La comprensión del concepto de género ha evolucionado significativamente a lo largo del tiempo, y una de las voces más reconocidas en este ámbito es Marta Lamas, antropóloga social y feminista argentina. Su enfoque en el estudio del género ha aportado valiosas perspectivas sobre cómo las estructuras sociales definen roles, expectativas y experiencias de las personas según su género. En este artículo exploraremos en profundidad qué es el género según Marta Lamas, su importancia y su relevancia en el análisis social contemporáneo.
¿Qué es el género según Marta Lamas?
Marta Lamas define el género como una construcción social que se diferencia del sexo biológico. Mientras que el sexo se refiere a las características biológicas que determinan si una persona es hombre o mujer, el género se refiere a los roles, comportamientos, actividades y atributos que una sociedad considera apropiados para hombres y mujeres. En palabras de Lamas, el género no es innato, sino que se aprende y se reproduce a través de las normas culturales, las instituciones y las prácticas sociales.
Lamas destaca que el género es un sistema de categorías que se impone desde la infancia, donde se enseña a los niños y niñas qué comportamientos son esperados según su sexo. Estas categorías no son universales, sino que varían según el contexto histórico, cultural y social. Por ejemplo, en algunas sociedades del pasado, las mujeres no podían acceder a la educación, mientras que en la actualidad, en muchos países, las mujeres ocupan roles políticos y profesionales que antes eran exclusivos de los hombres.
Un dato interesante es que Marta Lamas fue una de las primeras académicas en América Latina en incorporar el enfoque de género en la antropología social. Su trabajo ha influido en múltiples áreas, desde la educación hasta la política, ayudando a visibilizar las desigualdades de género y a promover políticas públicas más inclusivas.
El enfoque de Marta Lamas sobre la construcción social del género
Marta Lamas aborda el género desde una perspectiva crítica, enfatizando que no se trata de una característica natural, sino de una construcción social que se reproduce a través de prácticas, instituciones y discursos. Para ella, el género es una herramienta analítica que permite comprender cómo se distribuyen el poder, las oportunidades y las responsabilidades en la sociedad.
En este marco, Lamas señala que el género no solo afecta a las mujeres, sino que también limita a los hombres, al definir qué tipos de emociones, comportamientos y roles son aceptables para cada sexo. Por ejemplo, la idea de que los hombres deben ser fuertes, competitivos y emocionalmente fríos es una construcción social que puede restringir la expresión de vulnerabilidad o sensibilidad en los hombres.
Además, Lamas destaca que el género está interrelacionado con otras categorías de análisis, como la clase social, la raza, la edad y la orientación sexual. Esta interseccionalidad permite entender cómo las personas experimentan el mundo de manera diferente según la combinación de estas identidades.
El género en el contexto de los derechos humanos
Desde la perspectiva de Marta Lamas, el enfoque de género es fundamental para avanzar en el reconocimiento y la protección de los derechos humanos. Ella argumenta que muchas violaciones a los derechos humanos, como la violencia de género, la discriminación laboral y la exclusión política, tienen su raíz en las desigualdades estructurales generadas por los roles de género tradicionales.
En este sentido, Lamas ha sido una defensora del enfoque de género en las políticas públicas, especialmente en América Latina, donde ha trabajado con diversos gobiernos para diseñar estrategias que promuevan la equidad entre hombres y mujeres. Su enfoque no solo busca visibilizar las desigualdades, sino también transformar las estructuras sociales que las sostienen.
Ejemplos de cómo el género se construye socialmente según Marta Lamas
Marta Lamas ofrece varios ejemplos prácticos para ilustrar cómo el género se construye desde la infancia. Uno de los casos más comunes es el uso de colores para diferenciar a los niños y las niñas. En muchas sociedades, se asume que los bebés varones deben vestir de azul y las niñas de rosa, una práctica que, aunque aparentemente inocua, reforzaba roles de género desde la más temprana edad.
Otro ejemplo es el acceso a la educación. En el pasado, era común que las niñas no recibieran la misma educación que los niños, lo que limitaba sus oportunidades laborales y su participación en la vida pública. Gracias a los movimientos feministas y a políticas públicas basadas en el enfoque de género, hoy en día se promueve la igualdad educativa, aunque persisten desafíos en ciertas regiones.
Un tercer ejemplo es el reparto de tareas domésticas. Lamas señala que, históricamente, se espera que las mujeres asuman la mayor parte de las tareas del hogar, independientemente de su situación laboral. Esta asignación no es natural, sino que se basa en una división de roles que perpetúa la desigualdad de género.
El género como sistema de categorización social
Marta Lamas describe el género como un sistema de categorización que organiza la sociedad en torno a dos categorías principales: masculino y femenino. Este sistema no solo define qué roles sociales se esperan de cada grupo, sino también qué emociones, comportamientos y expresiones son consideradas adecuadas.
Este sistema de categorización opera a través de múltiples mecanismos, desde la educación hasta los medios de comunicación. Por ejemplo, en la escuela, se enseña a los niños y niñas qué materias son más adecuadas para cada género, lo que puede influir en sus intereses y trayectorias profesionales. En los medios, se promueven imágenes estereotipadas de lo que significa ser hombre o mujer, reforzando roles tradicionales.
Para Lamas, es fundamental cuestionar este sistema y promover una visión más flexible del género, que permita a las personas expresar su identidad y sus roles sin estar limitadas por expectativas rígidas.
5 conceptos clave del enfoque de género de Marta Lamas
- Género vs. Sexo: El sexo es biológico, el género es social. No se nace mujer o hombre, sino que se aprende a serlo según las normas sociales.
- Construcción social: Las categorías de género se construyen a través de prácticas, instituciones y discursos. No son universales ni estáticas.
- Interseccionalidad: El género interactúa con otras categorías como la clase, la raza y la orientación sexual, generando experiencias únicas para cada persona.
- Roles de género: Son comportamientos y actividades que se consideran apropiados para hombres y mujeres según la cultura. Estos roles son maleables y deben ser revisados.
- Transformación social: El enfoque de género busca transformar las estructuras sociales que perpetúan la desigualdad, promoviendo la equidad y la inclusión.
El impacto del enfoque de género en la sociedad actual
La influencia del enfoque de género propuesto por Marta Lamas es evidente en múltiples áreas de la sociedad moderna. En el ámbito educativo, por ejemplo, se ha promovido una educación inclusiva que cuestiona los estereotipos de género, permitiendo a los niños y niñas explorar sus intereses sin limitaciones. Además, se han desarrollado programas de sensibilización para docentes sobre cómo evitar la discriminación en el aula.
En el ámbito laboral, las políticas de igualdad de género han permitido a más mujeres acceder a puestos de liderazgo y a una mejor remuneración. Sin embargo, aún persisten desafíos, como la brecha salarial entre hombres y mujeres y la discriminación en ciertos sectores.
Otra área de impacto es la salud, donde el enfoque de género ha ayudado a visibilizar las diferencias en la atención médica entre hombres y mujeres. Por ejemplo, se ha reconocido que ciertas enfermedades son diagnosticadas de manera diferente según el género del paciente.
¿Para qué sirve el enfoque de género según Marta Lamas?
Según Marta Lamas, el enfoque de género sirve para identificar y combatir las desigualdades que afectan a hombres y mujeres en distintas dimensiones de la vida. Este enfoque permite analizar cómo las estructuras sociales, políticas y económicas afectan de manera desigual a los géneros, y cómo se pueden transformar para construir una sociedad más justa.
Un ejemplo práctico es la implementación de políticas públicas que promuevan la equidad de género. Estas políticas pueden incluir leyes contra la violencia de género, programas de formación laboral para mujeres, o iniciativas para promover la participación de las mujeres en la política.
Además, el enfoque de género es útil en el diseño de investigaciones académicas, ya que permite identificar cómo los resultados y las experiencias pueden variar según el género de los participantes.
El género como eje de análisis social
Marta Lamas ha sido una pionera en incorporar el género como eje de análisis en la antropología social. Para ella, no es suficiente estudiar a las mujeres o a los hombres de forma aislada, sino que es necesario entender cómo el género interactúa con otras categorías como la clase social, la raza, la edad y la orientación sexual.
Este enfoque ha permitido a los investigadores y activistas comprender mejor cómo se generan y perpetúan las desigualdades. Por ejemplo, una mujer pobre, de raza negra y lesbiana puede experimentar la vida de manera muy diferente a una mujer blanca, rica y heterosexual. El enfoque de género, combinado con otros análisis, permite abordar estas complejidades.
Lamas también destaca que el enfoque de género no solo es útil para estudiar a las mujeres, sino que también permite revisar cómo los hombres son afectados por las normas de género tradicionales. Por ejemplo, la presión por ser proveedores puede limitar la expresión emocional y la participación en la crianza de los hijos.
La visibilidad de la diversidad de género
Aunque Marta Lamas no se centró específicamente en la diversidad de género como se entiende hoy en día (incluyendo identidades como transexuales, transgénero, no binarias, entre otras), su enfoque crítico del género abrió el camino para que estas voces fueran visibilizadas. Ella argumentaba que la construcción social del género no solo afecta a hombres y mujeres, sino que también limita a quienes no encajan en estas categorías.
En este sentido, el enfoque de género es fundamental para comprender cómo se generan las exclusiones y las violencias contra las personas trans. Por ejemplo, la discriminación laboral, la violencia y la falta de acceso a servicios de salud son problemas que afectan a muchas personas trans en todo el mundo.
Lamas también resaltaba la importancia de reconocer que el género no es una dicotomía rígida, sino que puede ser fluido y múltiple. Esta idea es fundamental para construir sociedades más inclusivas, donde cada persona pueda expresar su identidad sin miedo a la discriminación.
El significado del género desde la perspectiva de Marta Lamas
Para Marta Lamas, el género no es solo una categoría de análisis, sino una herramienta de transformación social. Ella argumenta que al reconocer que el género es una construcción social, se abre la posibilidad de cuestionar las normas que perpetúan la desigualdad. Esto no significa que el género sea irrelevante, sino que su análisis permite comprender cómo se generan y se pueden transformar las desigualdades.
Lamas también destaca que el género está profundamente arraigado en las instituciones, desde la familia hasta el Estado. Por ejemplo, en muchas sociedades, la familia se organiza según roles de género tradicionales, donde el hombre es el proveedor y la mujer la cuidadora. Este modelo no solo afecta a las mujeres, sino que también limita a los hombres al esperar que sean fríos, competitivos y emocionalmente distantes.
Otra dimensión del género que Lamas aborda es su relación con el poder. Ella señala que el género es una herramienta de control social, que se utiliza para mantener el statu quo. Por ejemplo, la violencia de género no es un fenómeno aislado, sino una expresión del poder desigual entre los géneros.
¿Cuál es el origen del enfoque de género en la obra de Marta Lamas?
El enfoque de género en la obra de Marta Lamas tiene sus raíces en la antropología social crítica y en los movimientos de liberación femenina de las décadas de 1960 y 1970. Durante este periodo, surgieron voces feministas que cuestionaban la estructura patriarcal de la sociedad y reclamaban el reconocimiento de los derechos de las mujeres.
Lamas fue influenciada por estas ideas y las incorporó a su trabajo académico. Ella también se inspiró en teóricas como Simone de Beauvoir, quien en su libro *El segundo sexo* argumentaba que ser mujer no es un hecho biológico, sino una condición social. Esta idea fue fundamental para el desarrollo del enfoque de género en la antropología.
Además, Lamas trabajó en proyectos de desarrollo comunitario en América Latina, donde observó cómo las desigualdades de género afectaban a las mujeres en el ámbito rural. Esta experiencia le permitió comprender la necesidad de integrar el enfoque de género en las políticas públicas y en los procesos de desarrollo.
El género como categoría de análisis en la antropología
En la antropología, el género es una categoría de análisis que permite comprender cómo se organizan las sociedades en torno a roles y expectativas de comportamiento. Marta Lamas ha sido una de las académicas que más ha contribuido al desarrollo de esta categoría en América Latina.
Según Lamas, el género no es solo un tema de interés para los estudios sobre mujeres, sino que es un eje fundamental para entender cómo se estructura la sociedad. Esto significa que, al estudiar cualquier fenómeno social, es necesario considerar cómo se expresa y cómo se ve afectado por las categorías de género.
Por ejemplo, en el estudio de la economía rural, es esencial analizar cómo los hombres y las mujeres acceden a los recursos, cómo participan en la producción y cómo se distribuyen los beneficios. Sin este enfoque, se corre el riesgo de invisibilizar las desigualdades y de perpetuar las estructuras de poder existentes.
¿Cómo el enfoque de género ha transformado la antropología?
El enfoque de género ha transformado profundamente la antropología, llevándola de una perspectiva predominantemente masculina a una que reconoce la diversidad de experiencias y que cuestiona las estructuras de poder. Marta Lamas fue una pionera en este cambio, introduciendo el género como una categoría central de análisis.
Gracias a su trabajo, la antropología ha dejado de ser una disciplina que solo representa la perspectiva masculina, para convertirse en una que visibiliza las voces de las mujeres y otros grupos marginados. Esto ha permitido un enriquecimiento teórico y metodológico, ya que se incorporan nuevas formas de ver el mundo.
Además, el enfoque de género ha ayudado a la antropología a cuestionar sus propios métodos. Por ejemplo, se ha reconocido que muchas investigaciones antropológicas históricamente han sido sesgadas, ya que se centraban en los hombres y descuidaban la participación de las mujeres en los procesos sociales.
¿Cómo usar el enfoque de género y ejemplos de aplicación?
El enfoque de género se puede aplicar en múltiples contextos, desde la educación hasta la política. En la educación, por ejemplo, se puede promover una enseñanza inclusiva que evite los estereotipos de género. Esto implica que los niños y niñas tengan acceso a las mismas materias, que se les permita explorar sus intereses sin limitaciones y que se les enseñe a respetar la diversidad de género.
En el ámbito laboral, el enfoque de género puede aplicarse para eliminar la brecha salarial, garantizar igualdad de oportunidades y promover políticas de conciliación familiar que beneficien a ambos géneros. Por ejemplo, se pueden implementar horarios flexibles, guarderías escolares y programas de capacitación que incluyan a hombres y mujeres.
En el ámbito político, el enfoque de género permite diseñar políticas públicas que aborden las desigualdades y promuevan la participación de las mujeres en la toma de decisiones. Un ejemplo es la implementación de cuotas de género en los parlamentos y otros órganos de toma de decisiones.
El género y la violencia
La relación entre el género y la violencia es uno de los temas más relevantes en el análisis de Marta Lamas. Ella argumenta que la violencia de género no es un fenómeno aislado, sino una expresión del poder desigual entre los géneros. La violencia contra las mujeres, en particular, no solo incluye la violencia física, sino también la emocional, la económica y la institucional.
Lamas destaca que la violencia de género se perpetúa a través de normas culturales que justifican la dominación masculina. Por ejemplo, la idea de que los hombres tienen derecho a controlar a las mujeres puede llevar a la violencia en el hogar. Además, la falta de acceso a recursos económicos y la desigualdad en el sistema judicial refuerzan la vulnerabilidad de las mujeres ante la violencia.
Para combatir este problema, Lamas propone el desarrollo de políticas públicas que incluyan programas de prevención, apoyo a las víctimas y sanciones para los agresores. También destaca la importancia de la educación en la prevención de la violencia, desde la infancia.
El género y la economía
El género también juega un papel fundamental en la economía. Marta Lamas destaca que las desigualdades de género afectan la participación de las mujeres en la economía, limitando su acceso a empleo, crédito y propiedad. En muchos países, las mujeres aún ganan menos que los hombres por el mismo trabajo y enfrentan mayores barreras para ascender en sus carreras.
Otra dimensión es el trabajo no remunerado, que recae principalmente en las mujeres. Tareas como la limpieza, la cocina y la crianza de los hijos son valoradas como privadas y no se consideran parte de la economía formal. Esto no solo reduce la participación de las mujeres en la economía, sino que también contribuye a su dependencia económica.
Lamas propone que el enfoque de género debe integrarse en la economía para construir un sistema más justo. Esto implica reconocer el valor del trabajo doméstico, promover políticas de igualdad salarial y garantizar que las mujeres tengan acceso a los mismos recursos económicos que los hombres.
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